La historia que teje Amélie Nothomb alrededor de un importunado y un inoportuno nos enfrenta a nuestros misterios más profundos.
Jérome Angust, cuyo nombre nos remite al sentimiento de angustia o “angst”, se encuentra atrapado esperando a que salga su vuelo demorado hacia Barcelona cuando sus pensamientos son interrumpidos por un hombre llamado Textor Texel.
Lo que empieza como un encuentro azaroso deviene rápidamente en una situación incómoda en donde Texel exhibe su verdadera personalidad y sus intenciones.
Como su nombre lo indica, Textor es aquel que teje la historia y va juntando las piezas que conectan a estos dos personajes que no parecen tener nada en común. Bajo la sombra de un asesino, crece la alarma de Angust al no entender por qué aquella persona lo eligió precisamente a él para descargar sus pecados.
Amélie Nothomb prueba una vez más en esta novela corta su maestría a la hora de narrar haciendo uso de la intriga y lo perturbador. Entre la insistencia en descubrir los secretos propios y el rechazo hacia lo repugnante, ambos personajes luchan contra un enemigo interno que siempre espera despertar. Su plan de ataque involucra al oído, aquel sentido que no podemos acallar. Atrincherado entre voces que lo acechan y torturan, sean internas o externas, el personaje se ve obligado a escucharlas murmurar la insoportable verdad oculta.
La violencia se impone en todas las relaciones que aparecen narradas en este libro, desde la conjunción clásica de Eros y Thanatos, hasta la imposición involuntaria de prestar atención al que nos enfrenta. La misteriosa escisión entre lo propio y lo otro, los apetitos permitidos y los prohibidos, y el paso del tiempo como alfil en un plan maestro, hacen de esta historia una que los lectores no podrán soltar hasta llegar al final.
Cual cuidadoso estratega, el enemigo seguirá su progresión cosmética y ordenada para no revelar de antemano sus cartas ganadoras.
Comments