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El crimen del conde Neville

“Desgraciadamente, él era casi como todo el mundo: sólo creía en las predicciones que le atañían personalmente. Incluso el más cartesiano de los escépticos cree en su horóscopo”.

 

La aventura ficcional de Amélie Nothomb comienza con el personaje de un conde, en un tiempo no muy lejano, que se muestra sorprendido al tener que visitar a una vidente para encontrar a su hija fugada.

Si bien hay una incredulidad por parte del conde Neville hacia las palabras de la adivina, se halla dispuesto a utilizar cualquier recurso a su alcance para conservar el honor de la familia. Es así como la mujer le anuncia un destino inexorable que servirá como motor de la acción por el resto de la novela.


Sin preámbulos, la trama se desarrolla de manera dinámica en donde el conde y su hija Sérieuse se enfrentan en más de una ocasión por sus visiones generacionales discordantes. Sérieuse, siendo la hija más joven, no comprende cuál es el sentido de mantener una existencia que busca enmascarar la situación real de su familia en decadencia; su padre tampoco lo entendió en el pasado.


“Los niños del mundo antiguo sólo tenían derecho a una cuota mínima de atención y afecto, salvo si se esforzaban en seducir a sus padres; los niños modernos, en cambio, eran, desde el mismo momento de nacer, objetos de un intento de seducción por parte de sus padres, que tenían derecho únicamente a una cuota mínima de afecto. Fue una revolución de puntos de vista: los niños, que en el mundo antiguo sólo eran un medio, se habían convertido en un fin en sí mismos, en el objetivo soberano”.

Nothomb critica una hipocresía que desdeña los valores de integridad a favor de la conservación de un linaje inútil y podrido. Solamente la recuperación del amor y el cuidado por la familia podrá evitar el desenlace fatal al que están condenados.


Con referencias a la mitología griega, los nombres de los hijos del conde conllevan una fuerte carga simbólica, así como la vidente representa al viejo oráculo de la antigüedad.

Las alusiones que hace la autora a El crimen de Lord Arthur Savile de Oscar Wilde resuenan en el mismo texto y en el título de la obra. Asimismo, encontramos autorreferencias a la propia familia de Nothomb: perteneciente a la clase aristocrática y ubicada en Bélgica.


El crimen en esta novela se teje a partir de la profecía y en función de la interacción entre Sérieuse y su padre, con seducciones y resistencias.

La importancia de mantener las apariencias está presente a lo largo del texto. El conde para con sus invitados, él y su hija menor para con otros miembros de la familia, y expone cómo operaba el viejo orden de la nobleza guiado más por los silencios que las palabras.


El crimen del conde Neville es una lectura ligera con el lenguaje simple que Nothomb sabe utilizar para crear una historia atrapante y entretenida donde la intriga se resuelve en pocos párrafos, pero el impacto se elonga a través del tiempo. Una vez más, el estilo que desenvuelve Amélie es apasionante y apetecible, y nos lo ofrece como si fuésemos los invitados de uno de sus garden parties.

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